Experiencia de usuario

Cuando una persona utiliza cualquier dispositivo interactivo, se está generando una experiencia de usuario. Esto no implica que el dispositivo tenga que ser electrónico o digital, sino simplemente que pueda interactuar con alguien. En otras palabras, cuando alguien utiliza un celular, un cajero, un teléfono público o incluso un ascensor, se puede decir que el usuario está teniendo una experiencia de uso, ya sea positiva o negativa. Generalmente, este tipo de experiencias se van volviendo tan comunes, que no nos damos cuenta que las estamos teniendo, sino hasta cuando se nos presenta algún tipo de inconveniente o problema. 

Es importante entonces conocer o reconocer que factores intervienen para que un usuario tenga una experiencia positiva, agradable y satisfactoria:

• Modo de uso: el modo de uso del dispositivo debe ser lo más sencillo posible, de manera que impida que el usuario se pierda al momento de usarlo.
• Aprendizaje: el tiempo que debe tardar el usuario en aprender el funcionamiento adecuado del dispositivo, debe ser el menor posible.
• Retroalimentación: el usuario necesita conocer cuando realiza una operación correcta o cuando se equivoca. Por este motivo, es importante que el usuario tenga respuestas a su secuencia de uso.
• Controles e Iconografía: evitar cambiar el funcionamiento o significado a controles o iconos que ya tienen una definición bastanta arraigada en la gente común. Esto ayuda que la curva de aprendizaje se reduzca y que la experiencia de usuario sea mucho más agradable. 
• Tiempo: las respuestas al usuario deben tardar lo menos posible, pues en un mundo en donde todo fluye rápidamente, es una necesidad del usuario obtener respuestas lo más rápido posible.

Prácticamente se podrían resumir o agrupar las anteriores características en una sola palabra: INTUICIÓN. Cuando una persona utiliza su intuición y conocimiento en el uso de cualquier dispositivo, obteniendo una respuesta positiva, así mismo su experiencia será positiva. Muchas veces los diseñadores creen que para innovar y agradar, necesitan exagerar. Sin embargo, en la sencillez también se puede encontrar el gusto y muchas veces las cosas más simples son mejor recibidas por los usuarios, especialmente por las facilidades de uso, los tiempos de respuesta, y la buena experiencia obtenida.